SONETO
El mundo! Tú no sabes , hija mía,
las ruinas miserias que en sí encierra.
La vida! Breve tránsito en la tierra
copa de hiel mezclada de ambrosía.
Reposo y bienandanza un solo día
por años de cruenta y ruda guerra,
una aventura que el destino encierra
bajo montañas de amargura impía.
Yo lo sé, que he sentido los rigores
y los zarpazos del cruel destino,
yo, que he pisado abrojos punzadores...
Más para tí...no temas...que imagino
bajo montañas de fragantes flores
alfombrar en la tierra tu camino.
De: Dolores (Álbum de mi hija)
EL PINAR
A Salvador Rueda
A guisa de hueste que trepa y avanza,
cantando una música lenta y extraña,
los pinos, de obscuras siluetas y ramas,
del valle á la cumbre parece que marchan.
Levantan sus frentes con fiera arrogancia;
en lo alto sus hojas ostentan por armas,
y angosto sendero y oscura garganta,
el monte cruzando las filas separan.
Algunos ostentan la huella del hacha
que el tiempo no borra ni el aire restaña,
del hombre y el árbol en la ardua batalla,
herida profunda por éste alcanzada.
Allí, los bisoños de débiles ramas
de los seculares se auxilian y amparan
y marchan unidos en grata compaña
trepando la inhiesta colina escarpada.
Á veces, de noche, se ven las fogatas,
á cuyas rojizas y vívidas llamas,
los unos, de sueño sus copas agachan,
los otros , parece que rezan ó cantan.
Vapores azules á veces los guardan,
vapores de nieblas, tupidas marañas,
vapores azules que á la hora del alba
remedan el humo de recias batallas.
Sus duras cortezas esconden un alma
que siente cual todas, al ver como avanzan
los genios nocturnos, las pálidas hadas
rozando sus vestes la oscura hojarasca.
Y allá en la alta noche medrosa y callada
sus penas olvidan, deponen sus armas,
y el pino silvestre sosiega y descansa
contando sus cuitas amantes y plácidas
Más vuelve la aurora;su luz tenue y vaga
el diálogo corta sembrando la alarma;
se alejan las hadas de formas fantásticas
y cual por encanto se extinguen las llamas.
Y vuelven los pinos, de nuevo á su marcha
á guisa de huestes que trepa y avanza,
cantando una música lenta y extraña
y alzando sus frentes con fiera arrogancia.
De: Cantos y romances
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