viernes, 2 de julio de 2021

VÁZQUEZ DÍAZ , Raquel

 



EN EL PICO

 

Querría resguardarte de la noche,

que no hubiera intemperie,

que no hubiera latón ni aire oxidado.

Querría que el olvido o la erosión

fueran muecas risibles de otra historia

y ahora nunca murieras

y ahora nunca el insomnio te quemase

de plástico los ojos.

Querría que el deseo

llegara siempre a tiempo a la estación,

que el reloj consistiera en un juego de niños.

Que la tormenta fuera con flor de jacarandas.

Y el dolor, nada más que dos sílabas inermes.

Que la mayor herida la dijesen los pájaros.

 

CRUSTÁCEOS

 

Algún día recordaremos esto.

Cuando no haya palabras que nos dejen nombrarlo.

Este tiempo de equívocos,

este tiempo cangrejo.

Este tiempo de diálogos sin voz

que nos gritan los ojos

y que después no llegan siquiera a la garganta.

Algún día recordaremos esto.

Probablemente en silencio, por no

perder tanta costumbre.

Por no saber hablar

otro idioma distinto a la nostalgia.


De: Aunque los mapas