sábado, 28 de diciembre de 2019

VEGA CEIDE, Francisco (Francisco de Fientosa)

Francisco de Fientosa 1934.jpg




BALADA DE LA CANCIÓN PEQUEÑA

Hilé mi humilde canción:
madeja, una juventud;
rueca, la de un corazón.

Al verla triste y desnuda
tejí, con telar de versos,
de amor y sombra una cuna.

Del río de mis ensueños
quedó prendada una noche.
(Cómo lloraba el recuerdo!

Y la canción en su cuna
dormía siempre en el río,
un río de agua de luna.

La canción murió en el agua.
En una red de suspiros
la luna quedó enredada.

La luna, luna, pequeña,
mojada de noche blanca.






EL MOLINERO DE ESTRELLAS 
I

 El molino era de luna
y la canción molinera.
Cantaban sus años mozos
en el girar de la rueda.

Molino que no molía,
molinito sin molienda.
Le decían las gentes:
-Molinero, )qué velas?

 -La carga de la tolva,
los giros de la rueda.

 Tolva que no tiene granos
de trigo para molienda...
-Molinero, )qué mueles
en la flor de la aceña?

 -Ensueños de oro rubio,
luceritos de estrellas.

De: Triángulo isósceles


TRIÁNGULO Isósceles, porque en la geometría lírica de mis años de colegio fue siempre la figura dilecta; porque le llevaba siempre conmigo en un lápiz negro, regalo de Baltasar, y con él decoraba las mañanas pintando velas de navíos y cascos de soldados. Entonces yo tenía diez años y soñaba con ser marino y capitán de lancero
.........

Alba del quechemarín,
la de los mares de seda;
taza de leche, redonda,
con pan migado de estrellas.

Alba del quechemarín,
-arriba, cantan los pájaros-
(con jarcias de luna nueva
átame la vida a un barco!

Alba del quechemarín,
-abajo, mar sin riberas
las quillas de los veleros
tropezando en las sirenas.

Alba del quechemarín,
cuando te andaré despacio
llevando el bordón de un mástil
y la sandalia de un barco!



Fiada
Los dos gritos de mi tierra
van por caminos distintos:
uno sube como el vaho,
otro baja como el río.
El alalá
y el aturuxo:
Los dos cantos de mi tierra
vuelan de Coruña a Lugo.

Los canta el pimpín solista
el mirlo y la cogujada:
Corren por toda Galicia
desde el río a la montaña.
El aturuxo
y el alalá:
los dos gritos de mi tierra,
uno al aire y otro al mar.

De: El Alba del Quechemarín

........



Río: si ti foras prado,
eu sería canta no teu esmaraño.

Prado: si ti foras río,
 eu sería estrela no teu cilanquiño.

Nin río nin prado:
Veleí vai o día
 sin treu nin engazo.

De: Vida Gallega nº 640 (10 de Setembro de 1935)


jueves, 26 de diciembre de 2019

LEAL INSUA , Francisco



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Fotografía: http://arquivo.galiciana.gal/arpadweb/gl/catalogo_imagenes/grupo.do?path=66498
https://gl.wikipedia.org/wiki/Francisco_Leal_Insua


DÍA DE REYES 

A mi madre, en la evocación de un tiempo mejor


También la estrella fulgente,
de la esperanza guiaba
mis anhelos, mi ilusión.
Aún mi pecho era inocente
y a los Magos esperaba
entreabierto mi balcón.

Días de Reyes pasados, 
cuantas veces, ¡cuantas!sobre
mis juguetes yo soñé.
Días de amor recordados...
Solitario, triste, pobre
y sin amor hoy lloré.

Grato día de la infancia
que evoco en mi vida trunca
ansiando olvidar mi afán.
Día de ritmo y fragancia
para mí los Magos nunca,
nunca, nunca volverán.

Y al recordar hoy las horas 
cuando tú, madre, reías
en la calma del hogar,
siento en el alma sonoras 
vibraciones de los días
que han pasado sin penar.

Los Reyes Magos se han ido
con la infancia-años mejores-..
partir un día los ví.
¡Cuanta amargura he sentido!
Se han llevando mis amores
 y no vuelven para mí.

CANCIÓN DEL PROLETARIO

A mi padre y hermano, en cuyas frentes brillan, con luces de emoción  y sacrificio, las piedras preciosas del sudor obrero.

Las perlas nacarinas de olímpicas diademas
con que los reyes ornan su regia majestad,
no valen nada al lado de mis valiosas gemas...
por expresiones muertas de muerta libertad.

Los aúreos reflejos de piedra diamantina
que fulgen en las manos de ténue palidez
no tienen la suprema belleza cristalina
con que el Trabajo  adorna mi sudorosa tez.

Más valen que las gemas de todas las coronas
las lágrimas amargas que condensa el dolor
en las mejillas rudas, salientes y tristonas,
de un proletario errante cubierto de sudor.

Las piedras diamantinas de olímpicas diademas
ornando la suprema terrena majestad,
no valen nada al lado de las valiosas gemas
con que el obrero llora su muerta libertad.

De: Las Horas